¿Qué es un cartel?

La Escuela de Psicoanálisis y el Cartel

El cartel es una invención de Lacan, un modo de trabajar juntos que él formaliza en el Acta de fundación de su Escuela, la Escuela Francesa de Psicoanálisis en 1964 y que vuelve a restaurar cuando disuelve esta Escuela y lanza la Causa Freudiana en 1980. La Escuela la funda para llevar a cabo “un trabajo que en el campo que Freud abrió, restaure el filo cortante de la verdad, que vuelva a conducir la praxis original que instituyó bajo el nombre de psicoanálisis al deber que le corresponde en nuestro mundo (...). Este objetivo de trabajo es indisoluble de una formación que hay que dispensar”. Lacan quería una Escuela que dispensara una formación que no desmintiera lo real en juego en el psicoanálisis, y sus intentos de Escuela fueron su respuesta a este deseo, con estructuras colectivas, cartel y pase, que permitieran ir contra la tendencia de los grupos humanos al desmentido de lo real y al cierre del saber. La Escuela de Psicoanálisis de los Foros del Campo Lacaniano se funda para intentar preservar ese saber que la experiencia psicoanalítica permite.

¿Qué es un cartel?

El cartel es el “órgano de base” de la Escuela. “Para la ejecución del trabajo, adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo. Cada uno de ellos se compondrá de tres personas como mínimo, cinco como máximo, cuatro es la justa medida, más Una encargada de la selección, la discusión y el destino que se reservará al trabajo de cada uno”. En su versión más frecuente, cuatro personas acuerdan constituirse en un cartel para trabajar un tema. Eligen al quinto componente, esa persona que llamamos más Una, que será la encargada de velar para que el trabajo llegue a buen puerto. Cada uno de los integrantes del cartel, incluyendo a la más Una persona, elige el tema individual que cada uno quiere trabajar, ¡y a la tarea! Las cinco personas, animadas por una trasferencia de trabajo y de deseo, se juntan para elaborar un saber que tenga su producto, producto individual, propio de cada uno. La duración del cartel será de un año, dos como máximo, para evitar “el efecto de pegoteo”, el efecto de grupo.

El cartel es un aparato excepcional donde uno se atreve a pensar, no a repetir la doxa conocida. El cartel cuando funciona, teje entre sus miembros lazos de trabajo y de saber subversivos que nada tienen que ver con el discurso amo o universitario; un cartel sostiene lo que cada integrante tiene para decir...que todavía no ha sido dicho, se escucha con respeto el decir de cada cual, lo que compone una experiencia francamente inusual. Permite, por tanto, un tipo de formación que es imposible en Seminarios, doctorados, charlas, etc.

Los carteles que se constituyen en cada Foro se declaran a los dispositivos de Escuela para que los miembros de la comunidad analítica puedan saber las elaboraciones que se llevan a cabo en los diversos lugares.

Los diversos productos de los carteles, si cada uno lo desea, se presentan en Jornadas, publicaciones, dentro o fuera de la Escuela.

¿Quiénes pueden formar un cartel?

Cualquiera que tenga un interés por el psicoanálisis. Basta con eso. Los carteles son para todos los que quieran adentrarse en el saber psicoanalítico, sean o no analistas. Para el que quiere acercarse a la formación psicoanalítica, le brinda la oportunidad de iniciarse en los textos y la clínica, junto a otros colegas más experimentados; para los psicoanalistas practicantes permite un debate entre colegas de las preguntas candentes que cada uno se hace por su análisis o por los pacientes que escucha, preguntas que no vienen escritas en los libros y respuestas que no son colectivas, que cada uno elabora de nuevo, siempre de nuevo, con el saber que la experiencia deposita.